Dublín, nuestra ciudad.
Hablábamos de volver
siempre que pudiéramos
Recuerdo Brazen Head
y esa salchicha con guarnición
que se salía del plato.
Un paseo por Temple Bar
y la bici de manillar cambiado
y un puerta en The Church
pidiendo el carné a tu prima treintañera.
Su sidra de pera
y mirar las lápidas en la pared.
Las fotos en el Trinity Collegue
y tu cámara de fotos rota
mientras un borracho se tambalea
huyendo hacia su casa.
Y recuerdo tu pecho desnudo
bajo kilos de mantas
y tus refunfuños:
nos puede escuchar missy Maura.
Y su lluvia
y su olor a hierba mojada
y unas momias naturales
en el museo de Historia.
Un parque gigantesco
¿Phoenix park?, recuerdo
Y un río con un puente
más ancho que largo
como el trasero de la reina de Inglaterra.
Y dirás, ¿Y esos recuerdos?
No te confundas
No es melancolía
Dublín era nuestra
Pero ahora será mía.
Hablábamos de volver
siempre que pudiéramos
Recuerdo Brazen Head
y esa salchicha con guarnición
que se salía del plato.
Un paseo por Temple Bar
y la bici de manillar cambiado
y un puerta en The Church
pidiendo el carné a tu prima treintañera.
Su sidra de pera
y mirar las lápidas en la pared.
Las fotos en el Trinity Collegue
y tu cámara de fotos rota
mientras un borracho se tambalea
huyendo hacia su casa.
Y recuerdo tu pecho desnudo
bajo kilos de mantas
y tus refunfuños:
nos puede escuchar missy Maura.
Y su lluvia
y su olor a hierba mojada
y unas momias naturales
en el museo de Historia.
Un parque gigantesco
¿Phoenix park?, recuerdo
Y un río con un puente
más ancho que largo
como el trasero de la reina de Inglaterra.
Y dirás, ¿Y esos recuerdos?
No te confundas
No es melancolía
Dublín era nuestra
Pero ahora será mía.
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